Según la Academia de Psiquiatría de Niños y Adolescentes Estadounidense [en 2001] el abuso sexual de niños reportado alcanza los 80.000 casos anuales, sin embargo el número no reportado de instancias es probablemente mucho mayor. Adicionalmente, el daño a largo plazo emocional y psicológico del abuso sexual puede ser para el niño (a) devastador.
Trágicamente, usted sabe esto mejor que cualquier psiquiatra.
Dado lo que sabe y lo que los estudios corroboran, usted mejor que nadie debería desear hacer todo para proteger a sus hijas de una vida de tormento. Aunque hayan pasado muchos años desde cuando fue molestada, casi no existen evidencias convincentes que establezcan que un predador sexual puede ser rehabilitado. Ciertamente no quiere comprobarlo con sus hijas.
Dios nos da a todos la responsabilidad de proteger a otros, especialmente a los hijos, de un estilo de vida de pecado (Lucas 17:1-2). Si pretende ignorarlo, esperando sencillamente que nada suceda, usted es una conspiradora potencial del abuso de sus hijos.
Con todo, no utilice esta oportunidad para desahogar sus acusaciones ante toda la familia. Primero, asegúrese que los ofensores rotundamente no tengan oportunidad de estar a solas con sus hijas. Luego, si las circunstancias lo demandan, calladamente y en oración exprese sus inquietudes a aquellos que necesitan saberlo.
Tan difícil como pueda ser, usted debe salir en su defensa. Quizás se sienta impotente, mas el Dios del universo le dará fortaleza (2 Corintios 12:9).
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PD. Vea la película Dios no Está Muerto