Jua 6:2 Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos.
Jua 6:3 Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos.
Jua 6:4 Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos.
Jua 6:5 Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos?
Jua 6:6 Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer.
Jua 6:7 Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco.
Jua 6:8 Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo:
Jua 6:9 Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos?
Jua 6:10 Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones.
Jua 6:11 Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían.
Jua 6:12 Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.
Jua 6:13 Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido.
Jua 6:14 Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.
Hasta los discípulos de Cristo tuvieron luchas con la duda y el temor en momentos de dificultad o incertidumbre. Aunque caminaban estrechamente con el Salvador, todavía eran propensos a dirigir su enfoque en la dirección incorrecta.
Justo antes de realizar el milagro de la alimentación de los 5.000, Jesús probó a Felipe preguntándole dónde podrían comprar pan para la multitud. La respuesta del discípulo reveló que estaba pensando en resolver el dilema con ideas y medios humanos. Al mismo tiempo, Andrés estaba ocupado sondeando la multitud para determinar cómo iba a abordar la situación. Después de encontrar a un niño que tenía cinco panes y dos peces, Andrés demostró su limitada manera de pensar, preguntando: “¿Qué es esto para tanta gente?” (Jn 6.9 NVI)
Una vez más, el Señor realizó un asombroso milagro para demostrar quién era Él y lo que será siempre. El mismo Cristo que alimentó a 5.000 personas con cinco panes y dos peces, actuará a favor de nosotros cuando las circunstancias parezcan imposibles de resolver.
En tiempos de dificultad, cuando parezca que se ha perdido toda esperanza, no se pregunte: “¿Qué voy a hacer?” Por el contrario, diga simplemente: “Señor, ¿qué vas a hacer?” Recuerde que Jesucristo nos dice que echemos toda nuestra ansiedad sobre Él, porque el Señor tiene cuidado de nosotros (cf. 1 P 5.7).
Evite la tentación de manipular sus circunstancias. Las virtudes de la fe y la paciencia le ayudarán a conocer la gracia de Dios y a experimentar su amor y mano milagrosa.
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