Actualmente algunas personas dicen con facilidad que no tienen miedo de Dios. Se atreven a decirlo porque tratan de alejar de sus pensamientos incluso la idea de Dios. Es como si su conciencia estuviese insensibilizada; no consideran el hecho de que tendrán que comparecer ante Dios. Sin embargo, muchas circunstancias, como por ejemplo la muerte de un Ser querido o el presenciar un accidente, hacen que la voz de la conciencia vuelva a resonar y reavivan el miedo a la muerte y al más alla.
El cristiano no tiene miedo de Dios porque lo conoce como su Salvador. Sabe que Dios perdonó todas sus faltas por medio de la muerte de Jesús. El miedo da paso a la paz y a la confianza en ese Dios de amor. Pero consciente de lo que es y de lo que recibió, teme desagradarle y deshonrarle.
“El temor del Señor (Jesús) es manantial de vida” (proverbios 14:27)
Gén 3:10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.
Sal 130:4 Pero en ti hay perdón, Para que seas reverenciado.
Isa 33:6 Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y abundancia de salvación; el temor de Jehová será su tesoro.
Editorial La Buena Semilla. 1166 Perroy (Suiza).