Los grandes son mencionados en primer lugar. Muy a menudo la justicia humana es indulgente o impotente contra ellos. Pero la justicia de Dios juzgará a todos los hombres sin parcialidad y no aceptará ninguna excusa por el mal cometido.
Se abrirán unos libros, pero no libros humanos, sino el registro divino imborrable de todos los actos cometidos por los hombres.
Fácilmente nos imaginamos que nuestras faltas desaparecerán con el tiemplo. ¡Desengañémonos, pues ese día todo saldrá a la luz!! ¡Nadie podrá protestar por los hechos imputados!! No será necesario que un fiscal apoye la acusación. El juicio será inapelable. Cada uno estará ante la realidad de lo que haya hecho. Los que rechazaron a Jesús, el Salvador, se encontraran ante Él como Juez. Ahora aún es tiempo de creer, y decir: “Señor Jesús, tal como soy, sin nada en mí, voy a ti”.
El Señor Jesús dijo en: Juan 5:24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
Apo 20:11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.
Apo 20:12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.(D)
Apo 20:13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.
Apo 20:14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
Apo 20:15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
Editorial La Buena Semilla. 1166 Perroy (Suiza).