La justicia de Dios se rodea de todas las garantías, pues la condenación será pronunciada sobre dos testimonios inapelables:
- Por una parte, la presencia de obras malas, es decir, todas las acciones de los hombres registradas en los libros.
- Por otra parte, la ausencia del nombre del culpable en el Libro de la Vida.
Para estar un día en el cielo es imprescindible estar inscrito en el Libro de la Vida. Si no… ¡Cuán terrible es pensar en ser juzgado según sus obras!!. Incluso nuestras mejores acciones tienen alguna mancha a los ojos de Dios, quien lee en nuestros corazones. A nuestros actos muchas veces les agregamos sentimientos poco nobles, por ejemplo el deseo de aparentar, el orgullo.
Por lo tanto, no dudemos en ir a Dios para obtener su perdón. La Biblia dice en: Jua 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Jua 3:17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Jua 3:18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Apo 20:15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
Apo 21:27 No entrará en ella ninguna cosa inmunda,(P) o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.
Editorial La Buena Semilla. 1166 Perroy (Suiza).