Mat 16:22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.
Mat 16:23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
Mat 16:24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.(J)
Mat 16:25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.(K)
Mat 16:26 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Mat 16:27 Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles,(L) y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. Nadie es totalmente libre.
Rom 6:16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Dice que somos esclavos de aquel a quien obedecemos —o somos esclavos del pecado, o lo somos de la obediencia al Señor. Ya que todo ser humano nace con una naturaleza caída, ser el amo de nuestra propia vida es lo mismo que ser esclavo del pecado.
La solución de nuestro Padre celestial para esta malsana situación es el sometimiento a Él. Pero a menudo pensamos: Si le doy el control al Señor, entonces lo pierdo yo –lo cual me aterroriza. Dios podría llevarme en una dirección que no quiero ir.
Cuando el miedo se filtre en su corazón, piense en los atributos del Señor. Él es santo y puro; tiene sabiduría infinita, conocimiento perfecto y comprensión eterna de las cosas; Él le ama y tiene el poder para cambiar todas las cosas para bien (Gén 50:20 Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. ).
Rom 6:1 Si el Señor tiene autoridad plena sobre usted, todos los demás amos tienen que ser destronados. El Espíritu Santo no se moverá en la vida de creyentes que toleren el pecado. La gracia de Dios cubre la culpa de nuestras transgresiones, pero no puede utilizarse para justificar la desobediencia constante (¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?
Rom 6:2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ). Entristecemos al Espíritu cuando decimos sí al pecado, y lo apagamos cuando decimos no a Dios (Efe 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. ; 1Ts 5:19 No apaguéis al Espíritu. ).
No se desanime por la magnitud de este llamado al sometimiento a Dios. Ninguno de nosotros puede alcanzar la perfección, pero cada vez que demos un paso de obediencia, disminuirá el poder del pecado sobre nosotros. Si persevera comenzará pronto a vivir libre de la esclavitud y vivir para el Amo más maravilloso.
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